De donde vienen las vidalas

Tan ancho y tan profundo es el mundo, como cada uno de sus mundos. Lo supo Galeano y expresó su preferencia por esa cantidad de mundos que el mundo contiene. Pero ni la era de la comunicación ni la globalización permiten conocer cada mundo. Ni aunque nos paralicemos horas continuadas frente al televisor y sin zapping, mirando people&arts o travel&living.

Siempre hay algo mas profundo, mas escondido, mas marginado, mas olvidado y por ello, màs cerca de las busquedas de nuevas fronteras.

De aqui provienen estas letras, este blog, esta necesidad de escribir. La necesidad es enlazar los datos sueltos del crisol, del mestizaje, de la cultura aprehendida y la prendida en el alma, en cada deslizarse, en cada ovillarse, en cada asombrarse.

La vidala es un lamento. Se canta con caja, que reemplaza al cerro. Los pastores afinan con el viento y la quebrada les indica el tono. Alli comunican su olvido y su esperanza. Con vino casero y en comunidad, las coplas se amontonan y provocan vertientes, de almas encadenadas y festivas de tanto doler, de tanto expresar un alma apretada de silencios.

Desde aqui escribo. Me cristianaron Sergio, pero los amigos me apodaron de muchas formas, sigo siendo el que voy encontrando y acuñando en cada esquina y brote. Aqui seguire encontrando los vientos que otros traigan, para ver por donde derivaran las piedras que cantan en los rios escasos y con que minerales, llenaremos uvas para molerse en vinos agotados, antes del corcho.

Los espero.