3.4.08
2.4.08
cronica de un cacerolazo
Ese día salí tarde del canal, casi a las 21 horas. Apenas llegue a la esquina de Alcorta y Tagle comencé a escuchar las cacerolas. Pensé que se tratab de una broma de amigos, o que celebraban a alguien. Pensé que solo pasaba en esa cuadra. A la mitad de manzana, me di cuenta que las bocinas habituales eran mas intensas y acompasadas, acompañaban un triunfo o querian llamar la atención, pero no se trataba de apurar a nadie... o quizás si.Ya casi llegaba a la esquina de avenida Libertador. Sentí angustia, la certeza de la situación ya me aclaraba todo el sonido. las cacerolas nuevamente estaban llamando a alerta, nuevamente los porteños querían ser piqueteros por un día, o quizás volver a tirar abajo un gobierno, o ser solidarios con el Campo que los enriqueció. No se.Mi reacción fue la de siempre "porteños, salen ahora porque les falta el bife en el Cotto. Porque no salen a gritar cuando un aborigen se muere de hambre, cuantas injusticias hay en el país a lo que los porteños hacen oido sordo todo el tiempo"Sabía que Plaza de Mayo estaría ocupada, que me quedaba a 4 cuadras y estaría bueno ir a ver y filmar, pero pensé "no voy a hacerles número".Llegue al depto y miraba todo por televisión. Apenas dijeron que estaban llegando a la plaza los piqueteros de D'elia, dije "va a haber quilombo" y fuí.Seguí a policias de la federal que parecían que ir con las compras en el super a ver un partido en la tele. A dos cuadras, ya se "topaban" (término del noroeste, que hacer referencia a cuando dos animales se enfrentan y pelean a cabezazos) caceroleros y piqueteros.A una cuadra dos federales se ven amenazantes, decido filmar a escondidas y seguirlos. Se parapetaron detrás de un puesto de diarios, pero seguí porque ya se veía cque no harían nada.Ahí estaban, caceroleros y piqueteros disputándose la plaza de mayo, los vi chocarse, putearse, enfrentarse, pelear, ceder y ganar. Pero nada mas.La verdad, me di cuenta que esa plaza sigue siendo de los porteños y de los que quieren serlo. Jamas fue terreno de disputa ni de proclama, de los que padecen de verdad los olvidos de los gobiernos y la conveniente omisión de las sociedades.
Sergio de la Colina