7.3.07

Exilio Porteño

Eco suelto

No hay rebote, solo la sombra de alguien o algo.
Por eso gritan, inventando duraciones al gesto. Porque nadie vislumbra el alcance. Hacen torres para ver que algo vuelva, pero las rellenan tanto que son esponjas de cualquiern intento, cualquier sueño.
Asi se entiende, que plasmen graficamente su desnudez, soñando los horizontes que a si mismo se ocultaron. Asi se entiende que prendan luces de todo tipo, a ver si en el techo se encienden las estrellas encandiladas por los faros.
Claro, pobres no tienen eco. Gritan, susurran, hacen de todo, pero no tienen eco. Trazan lineas, metas y carreras, pero nunca buscan un camino. Establecen planos, dibujos minimalistas de su profesión y hasta predisponen bellamente el sepulcro.
Pero su voz se escapa entre sus dedos, como la arena, Se escapan los intentos en los rios-calles de sus apuradas vidas. Se hacen fugaces en sus caidas cotidianas y no cargan de maravilla sus rutinas.
La poesia no decanta y es solo un subterfugio sin alcance, sin eco. Me contagio y mi sombra ya no dialoga conmigo. Me aburro.

5.3.07

y es eso...

Necesito una orgia,
algún desenfreno.
Vaciar mi estomago
de las rancias
ansias heredadas,
de lo de siempre
eternamente cargado
en mis espaldas.
Necesito dias viernes
para matar sueños
gastados, manoseados.

No soñar, no ser,
ver y andar,
gozar, solo gozar
el orgasmico latido vital.
Solo vivir, vivir
y algún día morir
del todo, resultante
de muchas muertes,
parciales suicidios.
Liberaciones.
Sin libertad? liberaciones
Mellar el grillete
que me ata al juego.

Necesito una orgía
y encontrarte
para gozar, solo gozar.

Los juntos?

De pez en pez
de cardumen.
De mugido a mugido
en camión vencido.
De histeria a histeria
en colectivo.
Cuerpos como rocas,
miradas como quejidos.
Convulsiones de frenos gastados.
Las vueltas a casa
son un masoquismo
deseado por horas.
Son viajes apurados
a la descarga.
Son triste transito
de acechante destino.
Sed

Exilio Porteño

Puras razones-excusas

Es verdad. Me autoexilie. Asi lo vivo. No me duele, ni me angustia, ni disfruto. Solo transito.
me di una misión. Me dieron un atril para mi proclama. Me respaldaron y ahora... debo actuar.
Soy un payaso. Ese del mito que dice "aquel que provoca alegrías y esconde sus lagrimas". Hay que ser muy frio y tajante, sutil y enfermo, para para dejar la emoción individual en el camarín y provocar la risa común en la plaza.
Será ezquizofrenia, que se yo. Pero es un rasgo del frio profesionalismo.
Ya decidí en que segundo recaer en mi debil costado. En que momento me abandonaré vulnerable, en la voz de los seres amados. No tendré camarín ni plaza, porque mi "ezquizofrenia necesaria", mi "frialdad-refugio", mi "profesionalidad-vocación" es un zapping circunstancial y nunca predecible, solo organizable cada mañana.
Ya esta, lo dije antes y o sostengo. Lo haré. Nada, salvo la vida y la muerte, me hará abandonar lo previsto..
Me dieron un atril. Diré la proclama. Seré digno del respaldo, agradecido. Me haré frio y caliente, cuando haga falta. La paradoja tiene polos cohabitables. Seré como aquellos que admiro, paradojal y en transito.
El payaso deja correr la lágrima frente al espejo, la siente, la admira, la provoca, la despide, se retoca el maquillaje y sale.