14.11.08

la desocupación

Estar desocupado.
Una montaña de temores en la espalda. Andar con el ruego peleando con la dignidad. La bronca y el gesto amable luchando por expresar una caótica parálisis en medio de una creciente necesidad de movilizar esfuerzos, voluntad e inteligencia para salir.
Una revisión al pasado, las malas decisiones o quizás también las buenas, porque ya no se sabe como fue el proceso que derivó en ésto, digo... sin trabajo.
Estar desocupado ocupa demasiado el tiempo, no da respiro, cansa mas que trabajar 12 horas en una fábrica, 6 en una oficina pública o andar la calle vendiendo. Porque cuando una importante cantidad de CVs han sido dados, varias promesas han sido escuchadas y cientos de ideas lanzadas, la frustración carga en los hombros los sueños rotos, los deseos imcumplidos y al tremenda sensación de decepcionar a todos los afectos.
El desocupado se levanta temprano, prepara sus armas, sacude los temores y camina, escribe, habla, propone, se arrodilla, ruega, lo que sea necesario y añora cada trabajo anterior, rememora las tareas y las idealiza, olvida los jefes, los malos compañeros, las carencias y solo quiere volver a la hermosa rutina de trabajar, trabajar, trabajar, con el cuerpo exigido a cumplir horario, a atender situaciones intra y extra laborales, gastarse de mas y actuar de menos incluso. Se extraña hasta las ganas de cambiar de trabajo.
Cuando estas desocupado, la ilusión y la tristeza son hermanas.

1 comentario:

RODOLFO LOBO MOLAS dijo...

Sabias palabras hermano catamarcano. Me he sentido identificado por tu comnetario. Y agrego el dolor que produce cuando los que mandan te palmean la espalda y te alaban y hacen brillar tus supuestas cualidades y su extrañeza porque un "tipo capaz y culto como vos, no esté trabajando, es un desperdicio", dicen. Y luego a la hora de hacer algo sí sos un desperdicio y un CV en un cesto de basura o al menos, si es mas digno, durmiento el sueño eterno en un cajón más cerrado que féretro de antepasado. Duels y mucho, cuando uno le ha puesto pilas a la vida y lágrimas al sacrificio para aprender algo y ser algo y luego, a más de las vanas albanzas, todo sigue igual. Duele la indignidad de la desocupación o la ocupación intrascendente que no tiene futuro. Duele hermano el castigo que se puede pagar por haber elegido un camino distinto del que esperan los otros, sin importar mucho cual es el camino que espera uno mismo. Pero en fin, así están las cosas. Pongámoles un poco de esperanza a la tristeza y la impotencia. Vi hace rato por tv a los sobrevivientes de Los Andes. Si ellos pudieron con eso, cómo no podremos nosotros con la vida que nos toca? Fuerza hermano y amigo, un paso no es gran cosa, pero nos conduce sin embargo hacia la meta soñada (Kaspar Klaus).
Y nunca te olvides lo que decia Chirsta McAuliffe: tus sueños, todos tus sueños son realizables, nunca dejes de intentar llegar a las estrellas.
Tal vez aun no encontramos el camino para llegar a ellas, pero con certeza que nadie nos pondrá en él, sino nosotros mismos.
Demasiada desesperanza hay en el mundo para que encima le sumemos la nuestra, por eso y para finalizar te paso esta frase que me impactó mucho cuando la encontré: La esperanza sobre las lágrimas, a pesar del olvido.
Un abrazo
Rodolfo Lobo Molas
www.catamarcaculturarte.blogspot.com